El aceite vegetal de camelina tiene propiedad calmantes y regenerantes los aceites vegetales nutren la epidermis y la protegen para darle brillo y suavidad. Una aplicación regular previene la deshidratación y el envejecimiento cutáneo.
Las listas de los ingredientes que aparecen en la composición de los productos cosméticos y perfumes HÉVÉA pueden variar para cumplir con la legislación actual, debido a la actualización constante de las normas. Las listas de los ingredientes que aparezcan en el embalaje de su producto serán los correctos y adecuados al producto comprado. Si puede presentar algún riesgo de alergia, por favor comprobar siempre la lista de ingredientes antes del uso de su producto
Cara y cuerpo: aplicar mañana y noche para revitalizar la piel. Como mascarilla capilar para devolver brillo y belleza al cabello. Añadir aceite esencial para una acción más específica.- Se pueden utilizar puros o asociados entre ellos para beneficiarse simultáneamente de todas sus ventajas.
– Constituyen un excipiente inmejorable para diluir sus aceites esenciales.
– Forman una base excelente para sus aceites de masaje.
Conservar en un lugar fresco, seco y protegido de la luz
Aceite vegetal de camelina: origen, propiedades y aplicaciones cosméticas
El aceite vegetal de camelina es un ingrediente que está ganando reconocimiento en el mundo de la cosmética natural gracias a su alto contenido en ácidos grasos esenciales, su perfil antioxidante y su excelente tolerancia cutánea. Conocido también como “oro de placer”, este aceite milenario ha sido redescubierto por sus beneficios para la piel y el cabello. A continuación, se detalla su origen, composición y usos cosméticos más destacados.
Origen y extracción
La camelina (Camelina sativa) es una planta herbácea de la familia de las Brassicaceae, originaria de Europa del Este y Asia Central. Fue ampliamente cultivada en la antigüedad, especialmente durante la Edad del Bronce, pero su uso decayó con la expansión de cultivos como la colza. En la actualidad, su cultivo se ha revitalizado por su potencial como fuente sostenible de aceite vegetal rico en nutrientes.
El aceite se obtiene de las semillas de la planta mediante presión en frío, lo que permite conservar su perfil lipídico y antioxidante. Se presenta como un aceite de color dorado pálido, con aroma suave y textura fluida, que se absorbe fácilmente sin dejar una película grasa sobre la piel. Su estabilidad a la oxidación es moderada, por lo que se recomienda conservarlo en envases opacos y en lugares frescos.
Composición y propiedades
El aceite de camelina destaca por su equilibrio excepcional de ácidos grasos esenciales, principalmente ácido linoleico (omega 6, entre el 15-25 %) y ácido alfa-linolénico (omega 3, entre el 30-40 %), lo que lo convierte en uno de los aceites vegetales con mayor contenido en omega 3 del mercado cosmético. También contiene ácido oleico (omega 9), así como ácidos grasos saturados en menor proporción.
Además, posee una elevada concentración de antioxidantes naturales como la vitamina E (especialmente tocoferoles y gamma-tocoferol) y fitoesteroles, lo que le confiere propiedades protectoras, antiinflamatorias y regeneradoras. Esta combinación de lípidos y antioxidantes lo convierte en un aliado ideal para combatir el envejecimiento cutáneo, calmar la piel irritada y reforzar la función barrera.
Su textura ligera y su capacidad para penetrar sin obstruir los poros hacen que el aceite de camelina sea apto para todo tipo de pieles, incluidas las sensibles, reactivas o con tendencia grasa.
Aplicaciones cosméticas
En cosmética facial, el aceite vegetal de camelina se utiliza por su acción calmante, antioxidante e hidratante. Es ideal en sérums, aceites faciales y cremas para pieles maduras, deshidratadas o con rojeces, ya que ayuda a restaurar el equilibrio lipídico de la epidermis y a reducir la inflamación. Su contenido en omega 3 contribuye a mejorar la elasticidad de la piel y a protegerla frente a factores ambientales como la contaminación o los cambios climáticos bruscos.
También es especialmente útil en el cuidado de pieles con dermatitis, eccema o psoriasis, gracias a su acción reparadora y su capacidad para aliviar el picor y la tirantez. En productos post-solares o para después del afeitado, proporciona un alivio inmediato y favorece la regeneración celular.
En cosmética corporal, el aceite de camelina se emplea en lociones, bálsamos y aceites de masaje. Aporta suavidad y confort a la piel sin dejar residuos grasos, y mejora el aspecto de zonas secas o ásperas como codos, talones o rodillas. En pieles infantiles o atópicas, ofrece una opción suave y segura para mantener la hidratación y prevenir la irritación.
En el ámbito capilar, el aceite de camelina fortalece la fibra capilar, mejora el brillo natural del cabello y calma el cuero cabelludo sensible o descamado. Puede aplicarse como tratamiento prelavado, como componente de mascarillas o como sérum en puntas abiertas, aportando nutrición sin apelmazar.
Consideraciones finales
El aceite vegetal de camelina es un activo cosmético de alto valor, especialmente indicado para quienes buscan fórmulas naturales, equilibradas y respetuosas con la piel. Su riqueza en omega 3, su acción antiinflamatoria y su buena tolerancia lo convierten en una alternativa excelente tanto para uso diario como para tratamientos específicos.
Para aprovechar al máximo sus beneficios, se recomienda optar por aceite de camelina virgen, extraído en frío y de calidad ecológica. En el marco de una cosmética más consciente y sostenible, este aceite milenario se posiciona como una joya botánica al servicio del cuidado integral de la piel y el cabello.