Muchas mañanas, a los que nos gusta madrugar para ir al gimnasio, tengo el problema de que me da mucha pereza echarme en el vestuario una aceite corporal que hidrate la piel. Esto es necesario porque en muchos gimnasios el agua esta clorara o procesada, sobre todo si tiene piscina, spa, en definitiva, zona de relajación. Lo mismo habría que decir a los aficionados de la natación. Un solución que he encontrado es la de realizar mi propia crema corporal sólida. Ésta se suma a mi kit de jabones, champús y, ahora, crema corporal, para el gimnasio. Esta posibilidad la descubrí en una de las marcas para la que trabajo: Stepy (clica aquí). Pero me propuse hacer una receta magistral para sumar a mi formulario.